Páginas

Vistas de página en total

domingo, 19 de enero de 2014

Fin del ayuno y conclusiones



Después de ocho largos días, por fin doy por terminado el ayuno, aunque no ha sido fácil, ha sido altamente enriquecedor. Al final lo he alargado un día más de lo esperado porque he llegado con bastante energía a la recta final. Como siempre que se hace un gran esfuerzo se obtiene una gran recompensa, y en este caso no ha sido menos. El resultado es: 4 kg menos, un hígado más depurado, un ph de sangre más alcalino y además he roto con malos hábitos alimentarios.

LO MEJOR

La sensación de sentirse deshinchado. He experimentado una percepción más consciente del cuerpo y de sus necesidades reales. He sido consciente de la cantidad de alimentos que nos contaminan y nos hacen enfermar pero que están absolutamente integrados y normalizados en nuestro día a día. En cualquier supermercado podemos encontrar cientos de estos productos que nos venden como inocuos siendo , en realidad, altamente perjudiciales. Muchos de ellos deberían estar prohibidos por el impacto en nuestro organismo.

He apreciado el gran sabor que tiene un zumo.



He reactivado los mecanismos que hacen que mi cuerpo identifique la sed. Cuando tenemos sed y en vez de beber agua, que es para lo que estamos diseñados, bebemos otro tipo de bebidas como coca cola o zumos llenos de azúcar, con el paso del tiempo dejamos de identificar la señal que el cuerpo nos envía de que tenemos sed. Entonces padecemos deshidratación sin darnos cuenta y como consecuencia aparecen problemas como jaquecas, cansancio o irritabilidad.

He experimentado momentos de placer y de felicidad infinita producida por la actividad hormonal que conlleva el ayuno (endorfinas, serotonina…)

Se ha producido un cambio de hábitos, que es importante para romper malos hábitos arraigados.

El momento en el que vuelves a comer por primera vez una vez acabado el ayuno. Es increíble lo delicioso que puede saberte un puré por ejemplo. 

LO PEOR

Como lo peor podría decir que, evidentemente, los dos primeros días han sido duros, sobre todo por el cambio brusco que supone en cuanto a los hábitos. Aunque he encontrado pocas cosas negativas. 

En ocasiones me ha resultado complicado conciliar la vida social con el ayuno. A veces es difícil explicar qué estás haciendo y por qué, pero más allá de esto, cuando sales y estás con amigos tienes que adaptar un poco los planes en torno al ayuno, de ahí el cambio de hábitos del que hablaba antes. Dejas de hacer cosas que harías de manera habitual por el ayuno pero con el tiempo te das cuenta de que has adoptado unas nuevas rutinas y que son muy beneficiosas.

________________________________________________________________________

En general ha sido una experiencia muy enriquecedora en muchos aspectos. Aconsejo a todo el mundo a que lo haga, siempre que hablemos de gente sana (las personas con problemas de salud deberían consultar a un especialista antes de ayunar) y siempre controlando y escuchando al cuerpo. 

El ayuno consiste en privar al cuerpo para que la mente crezca. Y este crecimiento repercute positivamente en el cuerpo.

lunes, 13 de enero de 2014

Yo ayuno II


Día 5: parece increíble que vayan pasando los días y me sienta tan bien. Cuanto más tiempo pasa me siento mejor. Supongo que será porque me voy acercando al objetivo y la idea de conseguirlo me hace sentir bien. Ahora ya no siento hambre como cuando comes de manera habitual, no tengo esa necesidad imperial de comer, comer y comer. Soy cada vez más consciente de toda la comida que nos rodea que nos perjudica. 

Una cosa que estoy echando de menos es cocinar, me gusta dedicarle tiempo a elaborar mi comida y ahora con el ayuno tengo mucho tiempo "libre", todo aquel que antes le dedicaba a cocinar ahora lo puedo dedicar a hacer otras cosas. Supongo que puede considerarse también como una ventaja del ayuno. Somos animales de rutina y cuando llega la hora de comer, más al mediodía que a la noche, tengo muchas ganas de cocinar. 

También soy más consciente de las veces que comemos sin tener hambre realmente solo porque lo manda la hora. Me refiero a esas veces en las que no tienes hambre aunque sea la hora de comer y comes solo porque es la hora de comer. Cada vez estoy más en contra de esas dietas que instan a comer cada 4 horas o aquellas que nos dicen que comamos 5 veces al día. Me parece algo sin ningún sentido. Creo que lo correcto sería comer cuando se tiene hambre (saludablemente, claro) y no andar mirando el reloj para ver si toca comer o no. 

En cuanto a mis sensaciones físicas, sigo teniendo la lengua un poco blanca, no tanto como la primera vez que hice el ayuno. Supongo que será porque hay menos toxinas en mi cuerpo. 
Tengo bastante energía, estoy practicando deporte teniendo en cuenta que mi capacidad/resistencia está temporalmente reducida. Al final de cada sesión de entrenamiento me voy a la sauna y a la vez que elimino toxinas, me relajo.
Por otro lado, estoy experimentando grandes momentos de plenitud, me siento realizado y feliz. Estoy alcanzando lo que yo llamo el nirvana del ayuno, es como una sensación de paz y de quietud que me acompaña continuamente. Supongo que mi cuerpo está segregando dopamina, serotonina y endorfinas a tope.

Para hacer unos pinos siempre hay energía

Había pensado en hacer un ayuno de 7 días pero creo que viendo lo bien que lo estoy llevando estoy pensando prolongarlo algún día más. Aunque por otro lado tengo ganas de empezar a darle ya a la alimentación paleolítica. Tranquilos, que para los que no sepáis en que consiste voy a publicar algún post con información para que os empapéis.

Hasta aquí el quinto día de ayuno.














sábado, 11 de enero de 2014

Yo ayuno


El último post que publiqué abordaba el tema del ayuno terapéutico, y qué mejor manera de comprobar sus virtudes que probarlo en mis propias carnes.
Después de los excesos navideños: el turrón, los langostinos con o sin gabardina, el roscón de reyes y como no, los excesos etílicos, es buen momento para hacer un ayuno, desintoxicar el organismo y empezar el año con la itv pasada.

He empezado con los dos días de preparación para el ayuno, reduciendo los alimentos progresivamente de sólidos a líquidos. Basando la dieta en zumos y verduras para que el cuerpo pueda digerir los alimentos sin mucho esfuerzo y para que vaya adaptándose a su futura situación.


El primer día del ayuno fue ayer y fue el día de la adaptación, tuve un leve dolor de cabeza localizado en la zona frontal que duró varias horas. Durante el día no tuve grandes tentaciones con la comida, lleve a cabo las mismas actividades que hago habitualmente, practiqué deporte, corrí unos 8 km y unas series de ejercicios aeróbicos. A pesar de haber sido un día normal, a la tarde tuve un bajón de energía, que duró media hora mas o menos. Noté también que el olor corporal era más fuerte de lo normal, síntoma de que el cuerpo empieza el proceso de eliminación de toxinas.

Hoy ha sido el segundo día y ha sido mejor que ayer. Me he sentido más adaptado al ayuno. La sensación al levantarme por la mañana y sentirme totalmente deshinchado ha sido la mejor sensación del día. Hoy lo he llevado muy bien, he tomado un zumo de naranja a la mañana uno de manzana al mediodía y otro de manzana a la noche. De momento no noto que haya mejorado la piel, es muy pronto. Empieza a aparecer la saburra en la lengua. He estado genial de energía a pesar de haber estado paseando toda la tarde. Tengo sensaciones físicas que me gustan y tengo momentos de plenitud.

Hasta ahora lo estoy llevando bien, voy a por el tercer día y de ánimo estoy a tope. Creo que he superado la parte física del hambre y ahora toca afrontar la parte mental, sin duda la más dura.
Empiezo a ser consciente de la dependencia patológica que padecemos a determinado tipo de comida, por no hablar de las emociones que se canalizan a través de la comida.

Hasta aquí mi experiencia con el ayuno hasta mañana.