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sábado, 11 de enero de 2014

Yo ayuno


El último post que publiqué abordaba el tema del ayuno terapéutico, y qué mejor manera de comprobar sus virtudes que probarlo en mis propias carnes.
Después de los excesos navideños: el turrón, los langostinos con o sin gabardina, el roscón de reyes y como no, los excesos etílicos, es buen momento para hacer un ayuno, desintoxicar el organismo y empezar el año con la itv pasada.

He empezado con los dos días de preparación para el ayuno, reduciendo los alimentos progresivamente de sólidos a líquidos. Basando la dieta en zumos y verduras para que el cuerpo pueda digerir los alimentos sin mucho esfuerzo y para que vaya adaptándose a su futura situación.


El primer día del ayuno fue ayer y fue el día de la adaptación, tuve un leve dolor de cabeza localizado en la zona frontal que duró varias horas. Durante el día no tuve grandes tentaciones con la comida, lleve a cabo las mismas actividades que hago habitualmente, practiqué deporte, corrí unos 8 km y unas series de ejercicios aeróbicos. A pesar de haber sido un día normal, a la tarde tuve un bajón de energía, que duró media hora mas o menos. Noté también que el olor corporal era más fuerte de lo normal, síntoma de que el cuerpo empieza el proceso de eliminación de toxinas.

Hoy ha sido el segundo día y ha sido mejor que ayer. Me he sentido más adaptado al ayuno. La sensación al levantarme por la mañana y sentirme totalmente deshinchado ha sido la mejor sensación del día. Hoy lo he llevado muy bien, he tomado un zumo de naranja a la mañana uno de manzana al mediodía y otro de manzana a la noche. De momento no noto que haya mejorado la piel, es muy pronto. Empieza a aparecer la saburra en la lengua. He estado genial de energía a pesar de haber estado paseando toda la tarde. Tengo sensaciones físicas que me gustan y tengo momentos de plenitud.

Hasta ahora lo estoy llevando bien, voy a por el tercer día y de ánimo estoy a tope. Creo que he superado la parte física del hambre y ahora toca afrontar la parte mental, sin duda la más dura.
Empiezo a ser consciente de la dependencia patológica que padecemos a determinado tipo de comida, por no hablar de las emociones que se canalizan a través de la comida.

Hasta aquí mi experiencia con el ayuno hasta mañana.








1 comentario:

  1. Me parece una pasada que no hayas sentido hambre...a mi me mataría esa sensación de estómago vacío. Sigue contándonos.

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